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sábado, 19 de abril de 2008

Transmilenio...La gran estafa!




Años y años hemos soportado la tortura del transporte en Bogotá, que entre otras causas, tiene el problema del desorden y la falta de planeación urbana que han convertido esta ciudad en un terrible rompecabezas. Cada año, los bogotanos luchamos por llegar a nuestros destinos de la forma más segura y menos demorada posible, encontrándonos con atracos, trancones y demoras. Pero, ¿Cuál es la solución a este problema?.. Enrique Peñalosa tuvo la respuesta… Transmilenio!.

AL principio las expectativas eran enormes, pero no pasó mucho tiempo antes de que todos entendiéramos que transmilenio era un juguete de desangre para nuestros bolsillos, los de la ciudad y los de las generaciones futuras. Independientemente al problema de los bolardos de este pseudo alcalde (en donde ponerlos costaba $50.000 y quitarlos a los 3 meses costaba $ 300.000) hemos comprobado de forma empírica cómo fuimos atracados por este sistema y por el señor “Lucho” (va entre comillas porque realmente no luchó por nada) Garzón quién ni siquiera consideró reevaluar los contratos tan amangualados y convenientes que provocaron el problema de transmilenio. Como todos sabemos, Bogotá (yo, usted, nosotros, vosotros y ellos) invirtió un gran porcentaje en la construcción de este ineficiente sistema por medio de los altos impuestos de la administración Peñalosa para saber que de lo que hoy día transmilenio recoge por mes, a razón de más o menos un millón de personas diarias, a mil quinientos pesos cabeza, (1500 x 1000000=1500.000.000 x 30= 45.000.000.000) devuelve menos del 10% a Bogotá en inversión de cualquier especie. Quitando la manutención de los sacrificados empleados y los buses y las estaciones, ¿A dónde está yendo el resto del dinero? Creo que todos sabemos la respuesta.

Pero a veces, en ciertos momentos de la historia, aunque los robos sean escandalosos, el beneficio es grandísimo para toda la ciudad, y en este caso la utilidad de cualquier índole brilló por su ausencia. Desentrañemos solo algunos aspectos de la gran estafa que es transmilenio:

Primero. Prometieron 4 cosas para este sistema: Que iba a ser el más económico, que iba a ser el más rápido, que iba a ser el más cómodo y que iba a ser el más seguro. La verdad ninguna de las anteriores es cierta. Una cosa es que determinado medio de transporte sea el más rápido y otra que sea EL MENOS LENTO, y para la prueba está el metro de las grandes metrópolis del mundo o el tren bala japonés que nos llevaría de aquí a Somondoco en 10 minutos. Por otra parte mucha de la “rapidez” de los buses disminuye con el tiempo de la espera en la estación. Transmilenio no es rápido, es A VECES el menos lento. ¿Y esto por qué sucedió? Porque a ellos no les pagan a razón de la comodidad del pasajero sino del kilometraje. Cláusula del contrato que no fue combatida por “Lucho” (para la etapa 3) ni por “Kike” (en sus turbios principios) por lo cuál lo que transmilenio lleva es ganado y no personas. Transmilenio es tan cómodo como un camión de reces. Con respecto a lo de la economía no hay mucho que decir, es el más caro intra-ciudad y punto. Y ni hablar de lo seguro, ya no sólo nunca hay policías en las estaciones sino que los que están son exageradamente inútiles. Allá roban, violan, raponean y nadie dice un demonio.

Segundo. La ineficacia del sistema como tal es espantosa. Mapas que necesitan mil explicaciones para algunas personas, expresos que pasan 2 horas a la semana, la falta de baños, enfermerías, etc, etc, hacen que cualquier persona desee volver al viejo bus que huele a chivo. Pero todo esto va mucho más lejos, porque de paso estamos hablando del desempleo que genera transmilenio. Muchos hablan de que transmilenio trajo empleo a la ciudad y eso no puede ser más falso. No sólo SUBEMPLEA sino que los conductores de otros medios de transporte han quedado en la calle con la invasión peñalosista de la gran “Urbe” que debe ser Bogotá, cuando la ironía que rodea este concepto es gigante.

Tercero. ¿Cuál urbe es Bogotá gracias a Peñalosa, cuando el índice de desempleo, inseguridad, educación y salud es tan mediocre? ¿Para qué vernos como París si todavía seguimos siendo la Bogotá llena de problemas estructurales que necesitan inmediata atención desde hace 200 años? Bogotá necesita inversión urgente en todos estos aspectos, y cuando ya estén solucionados ahí sí llamamos a los grandes arquitectos para que nos cambie la cara… Parecemos modelos de Nip Tuck, con la cara “linda” y el interior podrido. Transmilenio es una estafa y debería haber muchos más días de NO-Transmilenio como el del 17 de abril de este año para que se asusten los propietarios (privados por cierto) de este pseudo transporte y comiencen a corregir las fallas que muchos pasan por alto ya que “a mí si me sirve transmilenio”. Si nos van a robar que al menos sea por un gran servicio. NO USE TRANSMILENIO A MENOS QUE SE VEA REALMENTE OBLIGADO SEÑOR LECTOR, ESO HAGO YO Y VIERA CUANTO ESTRÉS ME AHORRO AL DÍA.



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