Años y años hemos soportado la tortura del transporte en Bogotá, que entre otras causas, tiene el problema del desorden y la falta de planeación urbana que han convertido esta ciudad en un terrible rompecabezas. Cada año, los bogotanos luchamos por llegar a nuestros destinos de la forma más segura y menos demorada posible, encontrándonos con atracos, trancones y demoras. Pero, ¿Cuál es la solución a este problema?.. Enrique Peñalosa tuvo la respuesta… Transmilenio!.
AL principio las expectativas eran enormes, pero no pasó mucho tiempo antes de que todos entendiéramos que transmilenio era un juguete de desangre para nuestros bolsillos, los de la ciudad y los de las generaciones futuras. Independientemente al problema de los bolardos de este pseudo alcalde (en donde ponerlos costaba $50.000 y quitarlos a los 3 meses costaba $ 300.000) hemos comprobado de forma empírica cómo fuimos atracados por este sistema y por el señor “Lucho” (va entre comillas porque realmente no luchó por nada) Garzón quién ni siquiera consideró reevaluar los contratos tan amangualados y convenientes que provocaron el problema de transmilenio. Como todos sabemos, Bogotá (yo, usted, nosotros, vosotros y ellos) invirtió un gran porcentaje en la construcción de este ineficiente sistema por medio de los altos impuestos de la administración Peñalosa para saber que de lo que hoy día transmilenio recoge por mes, a razón de más o menos un millón de personas diarias, a mil quinientos pesos cabeza, (1500 x 1000000=1500.000.000 x 30= 45.000.000.000) devuelve menos del 10% a Bogotá en inversión de cualquier especie. Quitando la manutención de los sacrificados empleados y los buses y las estaciones, ¿A dónde está yendo el resto del dinero? Creo que todos sabemos la respuesta.
Pero a veces, en ciertos momentos de la historia, aunque los robos sean escandalosos, el beneficio es grandísimo para toda la ciudad, y en este caso la utilidad de cualquier índole brilló por su ausencia. Desentrañemos solo algunos aspectos de la gran estafa que es transmilenio:
Primero. Prometieron 4 cosas para este sistema: Que iba a ser el más económico, que iba a ser el más rápido, que iba a ser el más cómodo y que iba a ser el más seguro. La verdad ninguna de las anteriores es cierta. Una cosa es que determinado medio de transporte sea el más rápido y otra que sea EL MENOS LENTO, y para la prueba está el metro de las grandes metrópolis del mundo o el tren bala japonés que nos llevaría de aquí a Somondoco en 10 minutos. Por otra parte mucha de la “rapidez” de los buses disminuye con el tiempo de la espera en la estación. Transmilenio no es rápido, es A VECES el menos lento. ¿Y esto por qué sucedió? Porque a ellos no les pagan a razón de la comodidad del pasajero sino del kilometraje. Cláusula del contrato que no fue combatida por “Lucho” (para la etapa 3) ni por “Kike” (en sus turbios principios) por lo cuál lo que transmilenio lleva es ganado y no personas. Transmilenio es tan cómodo como un camión de reces. Con respecto a lo de la economía no hay mucho que decir, es el más caro intra-ciudad y punto. Y ni hablar de lo seguro, ya no sólo nunca hay policías en las estaciones sino que los que están son exageradamente inútiles. Allá roban, violan, raponean y nadie dice un demonio.
Segundo. La ineficacia del sistema como tal es espantosa. Mapas que necesitan mil explicaciones para algunas personas, expresos que pasan 2 horas a la semana, la falta de baños, enfermerías, etc, etc, hacen que cualquier persona desee volver al viejo bus que huele a chivo. Pero todo esto va mucho más lejos, porque de paso estamos hablando del desempleo que genera transmilenio. Muchos hablan de que transmilenio trajo empleo a la ciudad y eso no puede ser más falso. No sólo SUBEMPLEA sino que los conductores de otros medios de transporte han quedado en la calle con la invasión peñalosista de la gran “Urbe” que debe ser Bogotá, cuando la ironía que rodea este concepto es gigante.
Tercero. ¿Cuál urbe es Bogotá gracias a Peñalosa, cuando el índice de desempleo, inseguridad, educación y salud es tan mediocre? ¿Para qué vernos como París si todavía seguimos siendo la Bogotá llena de problemas estructurales que necesitan inmediata atención desde hace 200 años? Bogotá necesita inversión urgente en todos estos aspectos, y cuando ya estén solucionados ahí sí llamamos a los grandes arquitectos para que nos cambie la cara… Parecemos modelos de Nip Tuck, con la cara “linda” y el interior podrido. Transmilenio es una estafa y debería haber muchos más días de NO-Transmilenio como el del 17 de abril de este año para que se asusten los propietarios (privados por cierto) de este pseudo transporte y comiencen a corregir las fallas que muchos pasan por alto ya que “a mí si me sirve transmilenio”. Si nos van a robar que al menos sea por un gran servicio. NO USE TRANSMILENIO A MENOS QUE SE VEA REALMENTE OBLIGADO SEÑOR LECTOR, ESO HAGO YO Y VIERA CUANTO ESTRÉS ME AHORRO AL DÍA.
AL principio las expectativas eran enormes, pero no pasó mucho tiempo antes de que todos entendiéramos que transmilenio era un juguete de desangre para nuestros bolsillos, los de la ciudad y los de las generaciones futuras. Independientemente al problema de los bolardos de este pseudo alcalde (en donde ponerlos costaba $50.000 y quitarlos a los 3 meses costaba $ 300.000) hemos comprobado de forma empírica cómo fuimos atracados por este sistema y por el señor “Lucho” (va entre comillas porque realmente no luchó por nada) Garzón quién ni siquiera consideró reevaluar los contratos tan amangualados y convenientes que provocaron el problema de transmilenio. Como todos sabemos, Bogotá (yo, usted, nosotros, vosotros y ellos) invirtió un gran porcentaje en la construcción de este ineficiente sistema por medio de los altos impuestos de la administración Peñalosa para saber que de lo que hoy día transmilenio recoge por mes, a razón de más o menos un millón de personas diarias, a mil quinientos pesos cabeza, (1500 x 1000000=1500.000.000 x 30= 45.000.000.000) devuelve menos del 10% a Bogotá en inversión de cualquier especie. Quitando la manutención de los sacrificados empleados y los buses y las estaciones, ¿A dónde está yendo el resto del dinero? Creo que todos sabemos la respuesta.
Pero a veces, en ciertos momentos de la historia, aunque los robos sean escandalosos, el beneficio es grandísimo para toda la ciudad, y en este caso la utilidad de cualquier índole brilló por su ausencia. Desentrañemos solo algunos aspectos de la gran estafa que es transmilenio:
Primero. Prometieron 4 cosas para este sistema: Que iba a ser el más económico, que iba a ser el más rápido, que iba a ser el más cómodo y que iba a ser el más seguro. La verdad ninguna de las anteriores es cierta. Una cosa es que determinado medio de transporte sea el más rápido y otra que sea EL MENOS LENTO, y para la prueba está el metro de las grandes metrópolis del mundo o el tren bala japonés que nos llevaría de aquí a Somondoco en 10 minutos. Por otra parte mucha de la “rapidez” de los buses disminuye con el tiempo de la espera en la estación. Transmilenio no es rápido, es A VECES el menos lento. ¿Y esto por qué sucedió? Porque a ellos no les pagan a razón de la comodidad del pasajero sino del kilometraje. Cláusula del contrato que no fue combatida por “Lucho” (para la etapa 3) ni por “Kike” (en sus turbios principios) por lo cuál lo que transmilenio lleva es ganado y no personas. Transmilenio es tan cómodo como un camión de reces. Con respecto a lo de la economía no hay mucho que decir, es el más caro intra-ciudad y punto. Y ni hablar de lo seguro, ya no sólo nunca hay policías en las estaciones sino que los que están son exageradamente inútiles. Allá roban, violan, raponean y nadie dice un demonio.
Segundo. La ineficacia del sistema como tal es espantosa. Mapas que necesitan mil explicaciones para algunas personas, expresos que pasan 2 horas a la semana, la falta de baños, enfermerías, etc, etc, hacen que cualquier persona desee volver al viejo bus que huele a chivo. Pero todo esto va mucho más lejos, porque de paso estamos hablando del desempleo que genera transmilenio. Muchos hablan de que transmilenio trajo empleo a la ciudad y eso no puede ser más falso. No sólo SUBEMPLEA sino que los conductores de otros medios de transporte han quedado en la calle con la invasión peñalosista de la gran “Urbe” que debe ser Bogotá, cuando la ironía que rodea este concepto es gigante.
Tercero. ¿Cuál urbe es Bogotá gracias a Peñalosa, cuando el índice de desempleo, inseguridad, educación y salud es tan mediocre? ¿Para qué vernos como París si todavía seguimos siendo la Bogotá llena de problemas estructurales que necesitan inmediata atención desde hace 200 años? Bogotá necesita inversión urgente en todos estos aspectos, y cuando ya estén solucionados ahí sí llamamos a los grandes arquitectos para que nos cambie la cara… Parecemos modelos de Nip Tuck, con la cara “linda” y el interior podrido. Transmilenio es una estafa y debería haber muchos más días de NO-Transmilenio como el del 17 de abril de este año para que se asusten los propietarios (privados por cierto) de este pseudo transporte y comiencen a corregir las fallas que muchos pasan por alto ya que “a mí si me sirve transmilenio”. Si nos van a robar que al menos sea por un gran servicio. NO USE TRANSMILENIO A MENOS QUE SE VEA REALMENTE OBLIGADO SEÑOR LECTOR, ESO HAGO YO Y VIERA CUANTO ESTRÉS ME AHORRO AL DÍA.
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6 comentarios:
hola!!
he visto tu comentario en mi blog, con respecto al "señor"vargas habacuc, muchas gracias por tu interes.
ahora me gustaria comentar en tu blog, pero con mas tiempo sobre el transmilenio, nosotros en chile tenemos el "transantiago" e igualmente es un fracazo .
hablamos pronto
Geraldine
gracias a ti por leer mi blog. Si, realmente al pueblo nos están metiendo terribles estafas con el transporte, no te imaginas el caos que es bogotá.
Discrepo en algo: Si el mayor problema del transporte en la ciudad es la mala planificación urbana -de hecho, yo así lo creo-, ¿Por qué sólo echarle la culpa a Transmilenio?
Juzgo tremendamente varios aspectos del sistema, como las altas tarifas, la poca frecuencia de algunas rutas a algunas horas y que el sistema no trabaje 24 horas, son problemas que hay que corregir, sin duda alguna.
Hay problemas en Transmilenio como los buses asquerosamente llenos, la inseguridad en estaciones y portales, las vías que se desbaratan como galletas, la exclusión de algunos sectores de la ciudad, la congestión vehicular y la contaminación. Si embargo, ABSOLUTAMENTE TODOS ESTOS PROBLEMAS se ven en los otros sistemas de servicio público, en éstos aspectos Transmilenio está en iguales condiciones que con las busetas y buses.
El sistema de mapas no es más confuspo que otros, puede ser más confuso coger una de las 100 rutas diferentes, no clasificadas, que pasan por la Cl 26. La cantidad de usuarios no es problema de TM, es algo normal en las grandes urbes, el Metro de Nueva York, el de Tokio, el de Caracas, los buses de Lima, Quito y de todas las grandes ciudades presentan sobrecupos.
También hay que admitir que Transmilenio sí ha mejorado muchas cosas:
*Es posible que usted señale a TM como menos lento que los buses ordinarios, que la rapidez es relativa. Sea relativa o no, el ahorro de tiempo es real. Del Portal de Suba a la Cl. 40 sur el TM tarda una 1:30 horas, el bus ordinario tarda 2:45 horas.
*Con TM uno puede estar seguro que el bus va a parar donde le corresponde, existen errores, pero son pocos. En los buses y busetas la ruta la fija el capricho del conductor.
*No hay guerra del centavo, los buses no importan si transportan 1000 o 10 pasajeros, el conductor gana lo mismo (¿Cuánto?, no sé, me reservo el comentario de los malos pagos para cuando investigue), en un bus no, ganan por pasajeros.
*Existe un límite de velocidad, el TM no sube de 60 Km/h, un bus va a lo que le dé la vía y la pericia del chofer.
*El Transmilenio SÍ HA ARREGLADO VÍAS Y PARQUES, ya sea para que pasen los alimentadores, pero lo han hecho, los buses y busetas nunca lo hicieron.
*TM ha mejorado la seguridad en muchos sectores, aunque muhos policías son unos petardos, hay mayor iluminación en las calles, hay más ojos vigilantes y hay más paso de personas.
*Transmilenio ha cambiado la cara de muchos lugares, recuerde el sector del cartucho, los lugares donde hoy están los portales de Suba, La 80 y Las Américas eran muladares inseguros e inertes, ahora hay un gancho comercial y se construyen centros comerciales y SuperCADES que mejoran ostensiblemente el lugar.
*Transmilenio ha generado más empleos que los que ha acabado. En un bus normal trabajan como máximo 10 personas, entre conductores, mecánicos, gente que los lava y otros. Transmilenio necesita, además de los conductores, constructores y encargados de mantenimiento de los buses, estaciones, operadores de control, vendedores, secretarias... Y todas las operaciones financieras están abiertas por ser capital distrital.
*No hay reggaetón en los buses.
No esperemos que el Metro-panacea de Moreno vaya a cambiar mucho la situación, sólo logrará que tengamos que bajar de un sistema para ir al otro.
Transmilenio no es una maldición, era algo necesario para medio-ordenar el tránsito en Bogotá, y en parte lo ha logrado. No es perfecto, pero es mucho mejor que el sistema antiguo.
a nivel del piso quedamos los bogotanos con las carencias tan espantosas del transmilenio, desde la planeación, la ejecución y la regulación se encuentran tantos desatinos, robos y lo peor, una miserable retribución a la ciudad que lo hospeda y lo financia, que de hecho no me puedo sentir más tranquilo con mi manera de pensar sobre esta "manera moderna e inteligente" de viajar por la ciudad.
hola, yo soy extranjero pero llevo acá un par de años, en Bogotá, y la verdad es realmente decepcionante, desde el precio (el doble que en España), hasta que se hagan los sordos, les he comentado las acciones que se tomaron en Vigo, mi ciudad, donde el transporte era un asco y siempre creímos que nunca se iba a solucionar, y curiosamente no sólo consiguieron resolverlo sino que además lograron bajar el precio al 40%, desde Suba, donde vivo hay días que pasan cada 30 minutos (con suerte), puse la queja oportuna y me respondieron que era culpa de los "semafóros" (menuda respuesta más estúpida, no me podía esperar otra cosa), está claro que cuando no hay ganas y mucha plata...
Querido amigo Anónimo, realmente es decepcionante. uno se aterra de ver que el sistema de integración del transmilenio cada vez es peor. Intenta subirte en el bus que desees apenas abre el servicio y me cuentas si logras estar cómodo, llegar rápido, o gozar de un buen servicio de los alimentadores. Ahora, si revisas la gestión de la tercera fase es aún peor, no sólo perdieron los planos de algunas obras de la calle 26 (cosa que solo sucede en este país) sino que están tardando much más de lo planeado. Gracias por tu comentario.
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